Ricky (Mario Casas), un joven que se ha criado en un entorno de delincuencia y que vive rodeado de prostitutas, yonkis y chulos, cuyo único sueño es el reencuentro con su madre Pura (Ángela Molina) encarcelada cuando solo tenía 12 años. En ese reencuentro Ricky le hace a su madre un regalo muy especial: el HIROSHIMA CLUB. Pero la feliz idea resulta no ser tan sencilla de poner en práctica, y para ello Ricky contará con la ayuda de unos amigos de lo más extravagantes: Angelito (Vicente Romero), un chulo que se cree el “ángel de la guarda” de las prostitutas; El Niño (Luciano Cáceres) un matón con el desarrollo mental de un adolescente; o La Infantita (Dámaso Conde), un travesti que está convencido de que desciende de la Familia Real.